SER MARISTA
es ir contento por la vida
repartiendo esperanza y alegría,
tender siempre una mano amiga
sembrar paz, respeto y armonía
SER MARISTA
es ser hermanito fiel y alegre de María,
sencillo, humano y fraterno como la Madre
compañero en las luchas y fatigas,
servicial y tendiendo su mano amiga.
SER MARISTA
Es compartir con los jóvenes y niños
el profundo amor que nos tienen Jesús y María
así como lo hizo en sus días Marcelino
esa es nuestra verdadera vocación cada día
SER MARISTA
es tener la HUMILDAD de saber y aceptar
nuestra propia verdad,
y con toda honestidad
ir liberándonos del desengaño y la vanidad
es la SENCILLEZ de una persona
transparente
que se expresa en un corazón abierto,
fácil a las relaciones y de calidez humana
cristalino como el arrollo en la mañana.
es la MODESTIA manifiesta en el respeto
con que tratamos a los otros,
en lo que decimos y hacemos,
en la delicadeza que mostramos para con ellos.
SER MARISTA
es tener plantadas en nuestro corazón
las tres violetas como virtudes anheladas,
que nos dan identidad
y revisten de autenticidad y bondad
nuestro trato con Dios y los demás.